martes, 28 de enero de 2014

INAUGURANDO LA PALABRA FOLKLORE



El  22 de agosto de  1846, se publica  en la revista "The Athenaeum" un pedido por parte de William John Thoms ,un emigrante de provincia  de clase media alta, quien  recurre a dicho medio, el cual era  leído exclusivamente por los grupos de obreros  que habían decidido dejar  sus pueblos originarios para  buscar una mejor calidad de vida en la metrópoli de Londres.


 La cuestión  era que  Thoms  se  ve  inspirando por los trabajos de los hermanos Grimm -  Kinder- und Hausmärchen (‘Historias infantiles y familiares’), por ello que decide escribir a dicha revista, ya que por medio de su acuciosa observación ,habia   notado que el migrante del campo  dejaba atras sus costumbres   y  modos de pensamientos por influencia de la  gran ciudad.

El pedido  de William John Thoms a la revista era el  generar un espacio donde la gente emigrante  pudiera relatar sus costumbres  y así  no se pierda la riqueza cultural que en ellas se hallan implícitas. 

Fue así que  Thoms dió a conocer una nueva palabra "FOLKLORE", que  desde su punto de vista  era formada por dos palabras de origen Anglo- sajón  folk (pueblo), lore (saber, conocimiento, acervo),  dicha palabra re-definiría lo que hasta ese entonces se denominaban "antigüedades populares"   como folklore o  lo que el pueblo sabe , esta nueva palabra marca el inicio de una nueva disciplina  con muchos vacíos  desde su origen y que han venido siendo completados por los distintos teóricos  posteriores a Thoms.

En primera instancia el folklore se limitó a la tradición oral. Hacia la mitad del siglo XIX se amplía el ámbito del folklore, comenzando los recopiladores a interesarse también por distintas producciones que emanan de las culturas populares (creencias, medicina tradicional, trajes, artes, técnicas, etcétera).
No fue hasta el siglo XX cuando los etnógrafos empezaron a intentar registrar el folklore sin manifestar metas políticas.
Podríamos reconocer sin mezquindad el aporte de William Thoms para  la conservación del legado cultural, pero  una simple definición o una pobre definición de los limites de dicha nuevo estudio (disciplina) es lo que hasta la fecha  ha causado  grandes dolores  de cabeza y discusiones entre los teóricos del folklore.
como es visible el apasionamiento, la nostalgia y  la terrible  sensibilidad de Thoms no permitió que él mismo desarrollase una serie de conceptos  con precisión  teórica, lo que desde ya hace varias décadas ha producido un desacuerdo sobre  las características esenciales  del Folklore y sus expresiones  concretas y subjetivas.
Thoms nos dió el nombre de la enfermedad pero no los síntomas ni la cura, es asi que en un inicio el folklore era considerado como una simple colección de antigüedades de tipo literarias  con una naturaleza meramente técnica, donde la praxis era  la base fundamental de su estudio, se reconoce  claramente que la practica es el único criterio para las verdades científicas, es la base  sobre la cual las diversas disciplinas sientan sus raíces, pero no  debe ser exclusiva, ya que la  carencia de teoría origina el estancamiento de dicha práctica, restando le las oportunidades necesarias para alcanzar su tan deseado  carácter científico. 
la teorización de la practica  folklorica genera una amalgama  presta para recibir nuevas oportunidades de crecimiento dirigidas hacia el cientificismo, la desvinculación entre la técnica y los saberes teóricos genera un estancamiento, opuestamente  la unión entre ambos elementos originaria un enriquecimiento continuo  con  pasos fortalecidos y no como  se ha venido haciendo hasta nuestros días.
Nos es de urgencia pedir a quienes dedican sus vidas al estudio , practica y difusión del Folklore, una coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, una unión entre opuestos que complementan una unidad sólida en vías de ocupar el lugar  que le corresponde en el salón de las ciencias sociales.

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