Hay una cuestión en debate con respecto al Folklore, algunos
estudiosos se siguen refiriendo a él
exclusivamente con cierto tono pretérito. Si bien
es cierto que todo hecho folklórico es tradicional y que lo tradicional surge como elemento (inacabado) dentro de un
proceso continuas contradicciones y
acomodaciones, no debe considerársele totalmente
de naturaleza antigua. Desde
donde se le mire no es bajo ningún modo
un objeto o una reliquia que se transfiere intacta desde un sujeto folklorizador a uno folklorizado, por ello para no
reincidir en el error del siglo XIX al
“cosificar” al Folklore y sólo dotarlo de ciertas formas que iban desde lo
descriptivo y valorativo hasta lo coleccionable.
Es ahora, en nuestra época donde nos toca cambiar de paradigma y
darle el verdadero valor al Folklore, abordarlo como un proceso, porque en la realidad observable dicho proceso al cual nos referimos está
sujeto a una serie de factores
intrínsecos y externos.
El rol
del hombre como sujeto transformador,
conservador y discriminador es de importancia significativa para que dichos
procesos se den y mantengan su vigencia
en la continuidad del desarrollo de las sociedades humanas.
Estos procesos se mueven entre un
mar lleno contradicciones, que contienen
distintos grados de complejidad, son inacabados y de vital importancia
para el entendimiento de muchas formas
de hacer y pensar de nuestros pueblos.
La unidad tradicional (el contenido ideológico que al que cierta tradición responde), así como la
tradición (Objetivación de una unidad tradicional por medio de una
expresión de carácter popular, que puede
ser o no folklórica) tienen carácter actual en tanto que es un proceso
inacabado y que día a día se ve afectado por procesos de revalidación,
adaptación, influencia y extinción. La tradición se mueve entre dos opuestos lo
antiguo y lo actual, su antigüedad
radicaría por su cualidad
histórica. Se sabe que su origen inicial
respondería a algún contexto histórico-social
que puede ser contextualizado
(fechado – ubicable) sin embargo no
podemos deshacernos de que a la par posee también un valor contemporáneo, ello
se justifica porque su construcción
sigue realizándose de forma
continua.
La folklorología, debe dedicarse también a determinar en qué forma surgen las tradiciones en un pueblo y cómo es
que finalmente estas devienen en Folklóricas.
Efrain Morote Best propone que
toda realidad y su proceso evolutivo se ve envuelto necesariamente por 3 fenómenos paralelos, los mismos que
también afectan a las unidades tradicionales.
1.Adquisición: Dicho fenómeno
está referido a la aparición de un
elemento nuevo , el cual es introducido
en el contexto y produce una desestructuración de la unidad tradicional
para aceptar la unidad nueva que ha sido presentada.
2.Desasimiento: fenómeno paralelo a la adquisición, aquí algunos elementos de la estructura de la
unidad tradicional sucumben y son
rezagados, postergados y
eliminados por influencia del nuevo
elemento introducido.
3.Conservación: este fenómeno responde a cuestiones funcionales y en algunos casos de mercado (económicos), el
pueblo decide que elementos de la unidad
tradicional se conservan para formar la nueva estructura tradicional que se predispone a estar abierta a la repetición de los mismos fenómenos y a
su continua reestructuración.
Podríamos comparar estos
fenómenos con una reacción química donde se pierden, se comparten, se ganan
ciertos elementos ( electrones, protones) para formar una nuevo producto.
En el 2004 el Profesor Amílcar
Hijar propone ciertas leyes que al igual
que en las ciencias naturales, en las ciencias sociales como lo es el Folklore
también tendrían domino bajo ciertos elementos, entre ellas encontramos:
1. Ley del movimiento: Todo está en constante movimiento, el universo,
los organismos vivos (también los muertos), la sociedad, la cultura. Nada
posee quietud absoluta. Yo a ello podría agregar que todo cuanto percibimos en nuestra realidad
física está moviéndose, vibrando, toda materia está compuesta por átomos y
dentro de los átomos se produce el movimiento (vibración) continua de sus
componente, es así que las cosas pueden mantener un estado de aparente quietud
cuando en realidad, en su naturaleza intima se encuentran en constante dinamismo.
2. Ley del cambio: En función a la anterior ley surge el cambio. Las
cosas de los planos objetivo y subjetivo se
transforman, se desarrollan, evolucionan. Los seres vivos, el espacio,
el universo, las ideas, las ideologías, etc. El aparente carácter inmutable de
ciertas cosas es una ilusión a la cual estamos acostumbrados, la falsa
seguridad que nos ofrece el conservadurismo nos produce el miedo al cambio, nos
distorsionan la realidad cuando a fin de
cuentas es una ley de todo cuanto existe.
3. Ley de adaptación: La adaptación es una característica de los seres
vivos, de los seres humanos, frente al cambio surge la adaptación. Todos
estamos adaptándonos constantemente ya sea de forma lenta o rápida. El ser
humana busca los mecanismos necesarios para que se produzca la adaptación y no
sucumba al cambio.
4. Ley de extinción: Todo cuanto existe (nace) merece extinguirse
(morir), la extinción responde a la ley
de que todo sigue un dinamismo, el
perecer no es un punto final, es la continuación que generará un nuevo
movimiento para posteriormente, transmutarse , adaptarse y seguir el
proceso.
Las cosas
cambian para permitir el flujo, la continuación de la evolución.
En mi opinión resumiría las 4 leyes en 1
ya que el dinamismo (movimiento) genera el cambio. La adaptación y la
extinción son formas de cambio, por lo tanto responden a la ley del movimiento.
Todo proceso de adaptación está sujeto a cambios
continuos, dichos cambios la producen como proceso inacabado. La extinción no
es un punto final es otra fase de cambio por ello debe ser considerada como
parte del dinamismo y de la transformación del todo.
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